Argentina y Chile se unen en defensa de un ecosistema en peligro: el bosque de algas
01:20 | Punta Arenas, Porvenir, Río Grande y Ushuaia, fueron las sedes del V Coloquio Binacional de Cambio Climático, convocado por la organización chilena Ciudadanos y Clima. Un espacio de diálogo entre distintos sectores para reflexionar sobre experiencias y desafíos ambientales que requieren una agenda común.
Noticia publicada domingo, 12 de noviembre de 2023 porCritica Sur.Tiempo de lectura: 5 minutos (906 palabras)Critica Sur
Alejandro Nuñez es el presidente de “Ciudadanos y clima” de Punta Arenas y en conversación con el programa “Materia Pendiente” de Radio Nacional Ushuaia, expresó la importancia del trabajo conjunto entre las dos naciones: “Profesionales del área académica, del estado, de los municipios, así como organizaciones sociales y representantes de los pueblos originarios, participamos de diferentes charlas en las que reflexionamos sobre qué podemos hacer para hacer frente a la aceleración del cambio climático de manera binacional”.Durante el coloquio, fueron varias las temáticas que formaron parte de los espacios de diálogo: “El agua (en todos sus estados), soberanía alimentaria, incendios, educación ambiental, turismo sustentable y bosques de algas”, fueron algunos de los tópicos abordados durante las jornadas en Tierra del Fuego. “Al finalizar -detalla Núñez- armamos mesas de trabajo, pensando en poder generar declaratorias binacionales que posteriormente leeremos en el Comité de integración austral. Allí, hablaremos del trabajo que estamos haciendo para que nuestros gobiernos puedan escuchar las voces de los dos países”.Desde los países hermanos, se viene trabajando en conjunto para la defensa de los bosques de macroalgas: la fundación “Ciudadanos y clima” ha sido invitada a colaborar en un proyecto sobre “Bosques azules”, junto a otras organizaciones de ambos países: Defendamos Chile y Por El Mar (PEM). "El primer paso es relevar información para que los bosques de algas sean conocidos por la ciudadanía: creemos en la educación y concientización y para sensibilizar sobre la importancia ecosistémica que tienen estos bosques”, expresa Nuñez. Este tipo de proyectos locales poseen una visión de la región unificada en términos ambientales, entendiendo el valor ecosistémico de los bosques de macroalgas mucho más allá de las fronteras de los países. Los bosques sumergidos son un ecosistema clave en la lucha contra el cambio climático, estos generan oxígeno y funcionan como sumideros de carbono. Además, son áreas de refugio, alimentación y protección de muchísimas especies y funcionan como barreras que protegen a las zonas costeras del movimiento del agua. Por eso, desde el fin del mundo se está haciendo escuchar un llamado en conjunto, que busca concientizar sobre la necesidad de proteger estos bosques.Por otro lado, los bosques de macroalgas son áreas clave en la conservación de especies de interés comercial: “cumplen la función de jardines de infantes de varias especies, como por ejemplo la centolla; muchos peces viven allí en su estado precoz y, si bien sabemos que hay pesca artesanal que trabajan con la recolección de estos bosques, tiene que hacerse a pequeña escala.” Al respecto, Núñez reflexiona: “Espero que los tomadores de decisiones -en Chile y en Argentina- se den cuenta de que necesitamos que algunos productos comerciales puedan ser utilizados, pero a menor escala.”La regulación del uso de los bosques de macroalgas es un factor decisivo en la conservación de los mismos, pero además, las organizaciones trabajan en conjunto con las comunidades para generar un cambio de raíz. Núñez cuenta que en Chile “se le está pidiendo a los pescadores que siembren. La idea es que se genere un cambio cultural y de responsabilidad ciudadana, respecto a la protección de estos bosques”.En su conversación con “Materia pendiente”, Alejandro cuenta también que los pescadores que conversan con él, le dicen que cada vez deben irse más lejos para buscar centolla y otros peces, “nuestros productos de siempre”. Esta situación coincide con la llegada de la industria que inició recolectando algas sobre la arena y hoy “se meten al mar a sacar el bosque que está en sus raíces, generalmente para utilizarlo en el mercado de cosméticos”, detalla.La concientización acerca del valor de estos bosques es clave para avanzar en su conservación y el presidente de “Ciudadanos y Clima” comparte que es necesario dar un giro a la percepción actual de los mismos. “Yo, lo que lamentablemente veo en Chile, es que se puede llegar a pensar que estos bosques de algas no tienen importancia y, así, extraerlo para hacer un sinnumero de cosas, que tampoco son para uso del hemisferio sur, sino que sirven para solucionar problemas del hemisferio norte. Siento que el abuso de la escala extractivista es la que está causando problemas, ya que vemos que los pueblos originarios, los pescadores artesanales, llevan muchas generaciones cohabitando estos mares, y se han alimentado de estos productos sin generar desequilibrio, que es lo que está sucediendo ahora”. Y concluye “en muchas costas del mundo estas algas han sido exterminadas y tenemos que evitar que esto nos pase a nosotros”. A pesar de su valor ecosistémico, la población de los bosques de macroalgas ha sido disminuida a escala global en más de un 40%. Por eso, su conservación es una estrategia clave y necesaria en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad que hoy afectan en menor o mayor escala a todos los habitantes del planeta. La visión del medio ambiente, cómo una responsabilidad compartida, es indispensable seguir fortaleciendo las estrategias de conservación de cara a una problemática de escala mundial.De la capacidad de trabajo en conjunto que puedan llevar Chile y Argentina, dependerá también la posibilidad de recuperar el equilibrio perdido, considerando al ambiente como un todo y entendiendo que no hay fronteras a la hora de protegerlo.