El cambio de año genera 'una sensación de energía renovada'
Bárbara Borgioli, presidenta de la Asociación de Psicólogos de Tierra del Fuego, analizó el impacto emocional y psicológico que tienen los comienzos de año en las personas.
Borgioli reflexionó sobre cómo, pese a que el cambio de año no implica transformaciones concretas, genera una sensación subjetiva de renovación, esperanza y nuevas oportunidades.
“Es interesante cómo, a nivel psicológico, aunque solo se trate de un cambio de fecha en el calendario, las personas suelen experimentar un cambio que se percibe de manera concreta. Esto tiene que ver con un contraste muy fuerte respecto a las sensaciones del fin de año, marcado generalmente por el agotamiento, la presión de cerrar ciclos y cumplir compromisos. Cuando llega el cambio de año, aparece esta sensación de energía renovada, una especie de impulso que invita a pensar en proyectos y metas nuevas”, comentó Borgioli.
La especialista explicó que este fenómeno puede compararse con el primer día de clases o el inicio en un nuevo trabajo, donde la novedad genera entusiasmo y esperanza. Sin embargo, destacó que este impulso inicial debe gestionarse con cuidado para no generar frustraciones posteriores.
“Muchas veces sucede que, proporcional a la energía y entusiasmo que sentimos en este momento del año, es también la frustración que aparece cuando esas metas no se cumplen. Por eso es importante priorizar calidad sobre cantidad. No se trata de plantear cincuenta propósitos que luego no podamos sostener, sino de elegir aquellos que realmente sean significativos y viables”, subrayó.
Borgioli también destacó la importancia de diferenciar entre lo que depende de nosotros y lo que está influido por factores externos. “Es clave desmembrar los proyectos y analizarlos paso a paso. Por ejemplo, pensar qué depende de mi voluntad y esfuerzo, y qué está sujeto a circunstancias externas. Esto no solo ayuda a mantener un enfoque realista, sino también a evitar ser demasiado duros con nosotros mismos en caso de que las cosas no salgan como esperábamos”, detalló.
En cuanto a cómo canalizar este impulso de renovación, Borgioli sugirió utilizar herramientas que se adapten a cada persona. “Algunos encuentran útil escribir sus metas, otros prefieren compartirlas con amigos o seres queridos, lo cual también sirve como una red de apoyo. Lo importante es que esas metas sean alcanzables y se alineen con nuestros deseos y expectativas reales, no con presiones externas”, indicó.
La psicóloga también abordó el desafío que representan los cambios de hábitos, como dejar de fumar, comenzar a hacer ejercicio o adoptar un estilo de vida más saludable. Según explicó, estos cambios implican un proceso profundo que requiere regulación emocional, claridad en la motivación y una estrategia clara.
“No se trata de desear algo y esperar que suceda mágicamente, como cuando éramos niños y pedíamos regalos a los Reyes Magos. En la adultez, alcanzar metas implica trabajo, planificación y constancia. Por eso es importante preguntarnos por qué queremos lograr algo y si realmente responde a nuestras expectativas personales, en lugar de las de los demás. Cuanto más conscientes seamos de esto, más realistas y sostenibles serán nuestras metas”, sostuvo.
Finalmente, Borgioli invitó a las personas a aprovechar este momento del año para reflexionar sobre sus proyectos de vida y dar pequeños pasos hacia ellos. “No hay nada de malo en sentir entusiasmo o esperanza. Todo lo que nos haga bien es válido, siempre y cuando seamos conscientes de nuestras posibilidades y trabajemos de manera constante y realista”, concluyó.
Los comienzos de año representan una oportunidad para replantearse objetivos y encontrar un nuevo impulso, pero también nos recuerdan que los cambios no ocurren por arte de magia. Requieren compromiso, esfuerzo y, sobre todo, paciencia para construir el camino hacia lo que realmente deseamos alcanzar.