Se trata de Víctor Abel González quién se encuentra siendo juzgado por estos días por un jurado popular. La defensa y el acusado reconocieron la culpabilidad en el hecho. (ADNSUR)
“La voy a cagar matando”. Con esta frase, la fiscal Rafaella Riccono inició su alegato sobre cómo Johana Sáez fue asesinada en manos de su expareja, Víctor Abel González, el pasado 15 de febrero en la localidad de Trevelin, durante una nueva jornada del juicio por el femicidio.
Según el relato de la fiscal, el imputado ingresó intempestivamente a la casa de Johana y la encontró acostada en un sofá. Él iba decidido a matarla y ella se aterró al verlo, por lo que trató de evitar que la atacara, pero no pudo lograrlo.
Johana no estaba sola; un amigo suyo estaba en la vivienda, sentado en la punta de la mesa. El imputado no lo había visto hasta ese momento; el notar su presencia fue en su contra, pero no lo pudo alcanzar.

Otro amigo de la joven ingresó a la vivienda con un palo con el que logró golpear al imputado en la cabeza. González salió a correr al joven por la calle. Johana, seguía viva, logró llegar a la puerta de la casa donde se desplomó. González la vio y se aseguró de que matarla, dándole treinta puñaladas más.
Luego se fue, tirando el cuchillo en un arbusto. Llegó a su casa, juntó ropa para irse, pero no pudo escapar porque llegó la policía a detenerlo.
UNA RELACIÓN MARCADA POR LA VIOLENCIA
La fiscal expuso al jurado que Johana vivió el calvario de la violencia de género durante el último año y medio. Nunca había contado todo lo que estaba padeciendo, solo comentó alguna vez con su gente más cercana, pequeños fragmentos. Vivió violencia física, amenazas con cuchillo, apariciones de prepo en la casa cuando estaba sola, las agresiones de González a sus amigos.
El último año y medio el control y agresiones se agudizaron. González se anotó en la misma carrera que Johana, alquiló una vivienda a una cuadra de la casa de Johana.
«Vamos a poder acreditar que su muerte fue la expresión máxima de la violencia de género que ella venía sufriendo. Vamos a poder mostrarles que González la mató porque no la podía controlar más, porque no era su dueño, porque no quería que Johana hiciera su propia vida, porque la prefería muerta antes que verla con otro”, expuso Riccono al jurado. “’La voy a cagar matando’. Y la mató”, así finalizó el alegato de apertura de la Fiscalía.
“YO LA MATE”
“Víctor González mató a Johana Sáez”, sostuvo la defensora Carolina García al iniciar su presentación del caso, y aseguró que eso no está en discusión.
“Lo que pasó fue un hecho grave, un hecho violento y fue un hecho trágico”, continuó García, al intentar contar otra “versión de la historia… lo que le pasó a Víctor para hacer lo que hizo”.
Uno de los pilares del caso de la Defensa es el excesivo consumo de alcohol y la influencia que este tuvo en lo que sucedió “perdió la cabeza, perdió los estribos…”, dijo García. “Esto fue una situación del momento, algo pasó por la cabeza de Víctor esa noche, que lo llevó a cometer un hecho de estas características, algo que para el y para la gente que lo conoce sería un hecho impensado”, sostuvo.
El objetivo de la defensa será intentar convencer al jurado de que no aplique las agravantes que prevé el Código Penal para los crímenes cometidos por una expareja, como en este caso, ni los cometidos por un hombre en perjuicio de una mujer.
Se espera que en las próximas tres jornadas se continúen con las declaraciones testimoniales sobre el brutal crimen.